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İnformacion de medicamentos: Cuales son las vias de administracion de medicamentos.
Usar bien los medicamentos. A pesar de que nos ayudan a combatir enfermedades, los fármacos no están exentos de riesgos. Por eso es fundamental tomarlos correctamente. Aquí están las pautas para asegurarte una correcta administración. İnformacion de medicamentos: Cuales son las vias de administracion de medicamentos.
Para qué sirve. Es importante que el paciente conozca en todo momento para qué se utiliza el medicamento que le ha prescrito el médico. De este modo podrá observar los posibles efectos secundarios, así como la mejoría u otros síntomas.
Cuándo tomarlo. Hay medicamentos en los que hay que respetar escrupulosamente el momento de administración. Puede que sea necesario tomarlo todos los días a la misma hora, siempre en ayunas, entre comidas... Lo importante es seguir un horario mientras se tome el fármaco. İnformacion de medicamentos: Cuales son las vias de administracion de medicamentos.
Cuánto tomar. El prospecto del medicamento nos indicará la posología del mismo, pero conviene seguir las instrucciones del médico, que ajustará la medicación en función de las características personales y médicas del enfermo.
Cómo utilizarlo. Algunos medicamentos son muy fáciles de tomar: hablamos sobre todo de pastillas, de comprimidos... pero no en todos los casos es así. Hay sobres y suspensiones líquidas a preparar, medicaciones para los ojos, los oídos, la piel... que deben ser aplicadas exactamente como corresponda.
Cuánto tiempo. Es el médico el que va a indicar siempre durante cuánto tiempo se mantiene el tratamiento. No vale eso de acabo el bote, o le doy un poco más para que le dure el efecto. Los tiempos de administración han de ser escrupulosamente respetados. İnformacion de medicamentos: Cuales son las vias de administracion de medicamentos.
Ojo con la polimedicación. La incidencia de reacciones adversas tras la toma de medicamentos aumenta según el número de fármacos consumidos. Así, según el Consejo General de Farmacéuticos, las personas que toman 8 o más fármacos multiplican por cuatro el riesgo de aparición de problemas en relación a los que toman menos de 5.
Los efectos adversos pueden ser graves. Más de la mitad de los pacientes no utiliza adecuadamente los medicamentos. Así, según datos del Consejo Oficial de Farmacéuticos, un tercio de las visitas a las Urgencias se deben a efectos no deseados de los fármacos que podrían haberse evitado en la mayoría de los casos con una administración adecuada.
Leer el prospecto antes. Aunque pueda asustarte el contenido del prospecto, conviene leerlo siempre antes de tomar un fármaco. En él están indicadas todas las precauciones a tener en cuenta y es una medida de seguridad importante.
Mejor con agua. Habitualmente, lo mejor es tomar los medicamentos con agua. El alcohol está totalmente contraindicado, pues influye en la absorción de algunos fármacos, pudiendo aumentar su toxicidad hasta límites peligrosos. Especial cuidadado debe seguirse con el alcohol y los tranquilizantes y sedantes, que no deben mezclarse nunca.
¿Con el estómago lleno o vacío? Cada medicamento tiene una forma concreta de administración, por eso, antes de tomarlo, hay que leer el prospecto. Se debe tener especial cuidado con los zumos, en especial con el de piña, pues puede interferir en la acción de algunos medicamentos como los anticoagulantes.
Medicamentos y conducción. Antidepresivos, narcóticos como la codeína y antihistamínicos son fármacos que alteran la capacidad para conducir, al provocar somnolencia, aturdimiento, disminución de la capacidad de reacción... Si en el envase hay un símbolo de peligro con un coche dentro, es que afecta a la conducción.
Repercusiones sobre la piel. Algunos medicamentos son fotosensibilizantes, lo que significa que pueden llegar a pigmentar la piel. Es el caso de algunos corticoides, por ejemplo. En ese caso, conviene seguir medidas extra de protección ante el sol. Para advertirlo, el prospecto llevará una señal de peligro con un sol dentro.
Proteger del calor y la humedad. Los medicamentos pueden estropearse en condiciones ambientales extremas. Por ello, hay que guardarlos convenientemente en un lugar a salvo del calor, la luz directa y la humedad. En el caso de que haya que mantenerlos refrigerados en la nevera, aparecerá en el envase un pictograma con una estrella de varias puntas en negro.
Revisar la fecha de caducidad. No se deben tomar medicamentos cuya fecha de caducidad haya expirado. En algunos casos, no hay riesgo, pues únicamente descienden sus propiedades farmacológicas, pero en otros sí puede haber peligro, por lo que se aconseja ceñirse a la fecha límite indicada.
Hay caducidades especiales. Es el caso de las suspensiones orales o de los medicamentos reconstituidos, que suelen tener una vida media mucho más corta, con una semana o quince días de caducidad. En este caso, guardar lo que sobre tras terminar con la administración pautada no tiene sentido.
Con su propio dosificador. El riesgo de administrar un fármaco con una cuchara de casa en lugar de con su propio dosificador es alto, sobre todo con los niños. Por este motivo, hay que utilizar siempre la jeringuilla, la cucharilla especial o el dispositivo que incorpore el propio medicamento.
No romper ni triturar. Hay medicamentos que no se deben romper, triturar o masticar para ser consumidos. Es el caso de los de liberación prolongada o aquellos de recubrimiento entérico. Si tienes problemas para tragar algunas pastillas, pregunta a tu médico cómo puedes tomarlas.
Conservar etiqueta y prospecto original. Es probable que, pasado un tiempo, no recuerdes la dosis a tomar de un medicamento. Para evitar errores en la posología y no correr riesgos con la admnistración, guarda siempre el medicamento en su envase original y conserva el prospecto.
En caso de sobredosis, ve a Urgencias. Si, por algún motivo, has tomado una dosis mucho más elevada de la que correspondía, o has descubierto a un niño pequeño ingiriendo un medicamento, coge el envase consumido y dirígete a un centro médico.
No recomiendes medicamentos a otra persona. Aunque a ti te haya ido muy bien con determinado tratamiento, el médico es el único autorizado para prescribir una medicación. Nunca recomiendes fármacos a otra persona.
Informa siempre de las reacciones alérgicas. Si has tenido problemas con algún medicamento o algún preparado natural de los que se dispensan sin receta, informa a tu médico antes de que te prescriba un tratamiento.
¿Estás embarazada? No solo es muy importante que comentes al médico que estás embarazada, sino también que tienes intención de quedarte o que estás buscando al bebé. Hay medicamentos que son especialmente peligrosos en las primeras semanas de gestación cuando la madre no sabe aún que espera un hijo.
En los niños, ten en cuenta el peso. Para calcular la dosis exacta que hay que proporcionarle a un niño, hay que fijarse en el peso del pequeño y no en su edad. En estas primeras etapas puede haber notables diferencias en cuanto a los kilos, por lo que cuando se trata de niños es más fiable calcular la posología en función al peso.
No tires a la basura los medicamentos en desuso. Los fármacos son muy contaminantes para el medioambiente. Por ello, cuando tengas que deshacerte de alguno, porque ya no lo vas a tomar más o porque se ha caducado, deposítalo en un Punto Sigre de la farmacia, donde se recogen gratuitamente.
Ante cualquier duda, pregunta al farmacéutico. Si, tras ir al médico, no te queda claro cómo debes tomar la medicación, o durante el tratamiento te surgen dudas, pregunta al farmacéutico. Estos profesionales están capacitados para resolver y orientar acerca de cualquier cuestión en este sentido.
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